Entropía [Spanish]

Cuando Adrianela Rodr guez sufri el patat s ten a once a os, tres meses y catorce d as. En su mente herv an cuestionamientos sobre el raro comportamiento de la gente grande. La p ber quer a escudri ar en la mec nica ca tica del mundo. Le era dif cil aceptar el prop sito de la guerra, la complejidad de la pol tica, de la pobreza, de la religi n. Necesitaba precisar el af n de las personas por, no solo auto agredirse y destruirse, sino por causar da o. Similar inquietud rondaba su esencia incorp rea en relaci n con la l gica del amor, si acaso exist a.
Al ser llevada de urgencias a la cl nica, su camilla tropez con la del dejativo y docto de don Gaspar Salinas de Brigard, nonagenario al servicio malandro y absorbente de R mulo Vinchira, Uribia Morales, el Viejo Tigre Montesiano y otros tantos amos de la pol tica frond a y el oscuro poder econ mico nacional de entonces en Concordia, la grande. Sus miradas se entrelazaron y comenzaron una inusual fragua de esencias, bajo el control de la sumatoria de todas las energ as y con un fin loable: restaurarle a la humanidad la felicidad perdida.
Dupla et rea que emprender a periplos por parajes y con encuentros de esencias inimaginables que permitir an, en parte, responder las inquietudes de Adrianela e intentar cumplir la inalcanzable misi n: el triunfo de la felicidad sobre la tristeza en la gente grande.